En un paraje alejado del casco urbano de Susa, en la mitad de las montañas a 150 km al norte de Bogotá, encontramos un lugar apacible con vistas espectaculares hacia el valle de Fúquene. Este es el lugar perfecto para hacer un refugio mínimo para un fotógrafo.
La pequeña vivienda campestre, pensada para ser habitada por una sola pareja solamente, tenía el reto de poder construirse en este lugar tan alejado sin recurrir a intervenciones muy engorrosas en el sitio y con unos recursos limitados. Esta es la razón principal para plantear una construcción lo más prefabricada posible, con una estructura metálica muy ligera facilitando enormemente el montaje en sitio.
El proyecto consiste en una barra de 5mt de ancho por 14mt de largo y un solo nivel con amplios ventanales hacia las vistas lejanas. La cubierta liviana, de teja metálica termoacústica, se construye a un agua mimetizando la pendiente natural del lote. La casa cuenta con una habitación, una zona húmeda de baño y cocina y un espacio social con chimenea.